Sigo enamorada del recuerdo, llega ya
realidad para quitarme esta neblina, estas ramas que no me dejan ver, que
aturden mis sentidos y me confunden, me hacen recordar, me quitan la basura del
pensamiento, me dejan sólo los platos limpios.
Soy repugnante, debería dejar de quejarme, no
tengo ese derecho si yo misma hice todo eso por lo que me aquejo.
Yo fui el agua resbalando por tu cabello, el escalofrío que recorría tu cuerpo.
También fui lágrimas y reclamos, fui engaño y
desdicha, me deslicé suavemente entre mentiras que se quedaron en mí, que yo
misma me condené a revivir.
No más.
Ahora sólo soy el recuerdo, el obstáculo
superado, la cicatriz que hizo al músculo más fuerte.
Ahora sólo estoy para recordar.
Le pido al tiempo que por favor nunca me
olvide.
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